El biohacking me enseña que si cambio lo que pienso, cambia lo que siento y cambia lo que puedo hacer
En este IG Live de la serie de CloudWorking Academy, entrevistamos a Melina Vicario para que nos enseñe a decodificar nuestros procesos mentales y a programar los pensamientos que nos conduzcan a lo que queremos lograr. La serie de IG Live que conduce Silvina Moschini, Miss_Internet, en @transpbusiness forma parte de Cloudworking Academy, el programa global para que líderes reales gestionen equipos virtuales con procesos, métodos y herramientas para el trabajo remoto.
Melina Vicario, @labiohacker, estudió Ciencia Política y tiene un Master en Coaching Organizacional por la Universidad del Salvador. Volcada al mundo de las neurociencias, obtuvo un Master en NPL en The Society of NPL de Richard Bandler, se formó con Tony Robbins e hizo un programa intensivo de Neurociencia, Tecnología e Innovación. Melina Vicario da seminarios online en www.labiohacker.com y este año va a publicar su primer libro.
Contanos cómo fueron tus comienzos en el biohacking.
Yo vengo del mundo de las Ciencias Sociales, pero en un momento de mi vida, después de un tiempo en China, me puse a investigar sobre tecnologías prácticas que permitan medir los resultados. Fue entonces que me puse a estudiar con el doctor Richard Bandler, creador de la PNL, y de ahí me fui a estudiar a Standford. En el medio de todo aquello, un chico me rompió el corazón. Entonces pensé: ¿cómo transformo todo esto en otra cosa? Decidí empezar por preguntarle a los CEOs que conocía y que confiaban en mí qué hacían ellos. Y ahí me di cuenta que todos estaban metidos en el biohacking, en keto, crioterapia, cuidado del ritmo circadiano, balanceo cerebral, etc. Entonces me empecé a juntar con biohackers de Sillicon Valley y me anoté en un Congreso de Biohacking. Volví a Buenos Aires, junté PNL con biohacking y a partir de ahí me conecté con la tribu digital.
¿Qué es el biohacking?
Es usar la ciencia, la tecnología y el yo cuantificado para medir algunas variables del cerebro y tomar las riendas de tu propia biología. Es un estilo de vida, una actitud que busca tu protagonismo a la hora de pensar. Porque no es tu historia lo que determina tu destino sino tu mente. El cerebro aprende con patrones veloces: si uno logra auto motivarse, otra persona también puede hacerlo, importa el propósito, la dirección, la película mental que nos hacemos en la mente.
¿Y cómo se hace?
Sentarnos en el asiento de conductor de nuestra vida requiere conectar con la sabiduría de la madre naturaleza, pero nosotros vivimos en la ciudad y esto tiene un costo biológico. En vez de comer productos naturales, comemos procesados. Si viviéramos en la naturaleza estaríamos en contacto con la tierra, con el pasto, con la arena, y comeríamos lo que nos ofrece la tierra.
¿Cómo podemos generar un puente entre la madre naturaleza y la ciudad?
Vamos a lo práctico:
1. A la mañana, apenas nos despertamos, exponernos a la luz natural con la mayor parte del cuerpo descubierto antes de mirar cualquier pantalla. La luz natural al despertar manda señales que regulan el reloj biológico, lo que afecta positivamente la salud.
2. Lo mismo a la tarde: mirar al atardecer le manda al cerebro la señal de que es momento de calmarse, de relajarse.
3. Controlar lo que nos ponemos sobre la piel. Hay unas apps que te permiten escanear los cosméticos que te ponés en la piel y te dicen si son tóxicos o naturales. Todo lo tóxico es inflamatorio, y la inflamación es el peor enemigo de nuestras mitocondrias, que son la fábrica de la energía vital. Lo primero que hay que hacer para prevenir la inflamación es dejar de usar productos tóxicos, en especial en la piel. Esta medida es más fácil que cambiar la dieta.
¿Qué consejos podrías darnos para dormir mejor?
1. Mirar el atardecer, exponerse a su luz.
2. No llevar pantallas a la habitación.
3. Después del atardecer, no exponernos a luces blancas. Podemos cambiarlas por rojas para simular la luz del fuego, que era la única fuente de iluminación que usaban nuestros ancestros. También pueden ser velas.
4. A la hora de dormir, el cuarto tiene que estar en oscuridad total y usar si hace falta cinta aisladora para tapar cualquier lucecita. Recomiendo apagar el wifi y poner el teléfono apagado lo más lejos de nuestro cuerpo.
¿Cómo es la alimentación de una biohacker?
La mayoría de los biohackers seguimos una dieta keto con alimentos antiinflamatorios. Yo armé una guía en español que ofrezco como bono en mi seminario online. Un alimento de la dieta es el café bullet proof, que contiene grasas y nos permite bajar de la montaña rusa energética. Se hace con café originario de un solo lugar (no blend), una cucharadita de manteca o de ghee de vacas que pastan y un poquito de aceite de coco. Es importante batirlo bien en la batidora para que se liberen las micelas y quede bien cremoso. También puedo hacer lo mismo con mate, mezclando el elemento graso en el agua.
¿La meditación forma parte del concepto de biohacking?
Sí, la meditación es una de las herramientas más importantes para balancear el cerebro. El cerebro debe aprender a balancear los patrones que le hacen bien, pero puede llevar algún tiempo. Yo aprendí la técnica de neurofeedback, que te da un atajo para meditar como un monje zen. Es fascinante porque pones unos sensores en la cabeza de una persona y, cuando esa persona genera los patrones mentales adecuados para ese cerebro, recibe un premio sonoro. Te enseña a meditar como un monje zen en media hora.
¿Qué mensaje podrías dejarnos para estos tiempos tan desafiantes?
Mi recomendación es pensar a propósito. Pensemos nuestro cerebro como si fuéramos su CEO. Ahora estamos en un momento donde hay demasiada información y muchas maneras de comunicar, más o menos optimistas. Mi sugerencia es que, al despertar, instalemos nuestros pensamientos a propósito, representándolos con imágenes, como una película, en 3D, con música, con sensaciones, con aromas, y creemos con ellos un mundo mental bien robusto. Recién después que hacemos esto, podemos salir a interactuar con otras personas. Si cambio lo que pienso, cambia lo que siento y cambia lo que puedo hacer.
El biohacking enseña a crear buenos pensamientos, y a instalarlos en el cerebro para tomar mejores decisiones, cambiar nuestros hábitos, generar mejores redes y aumentar nuestras ventas, por ejemplo. Porque la manera en la que nos sentimos no es algo que determina nuestra historia o se nos impone desde afuera: con la tecnología de la mente podemos desconectar una red neural e instalar en su lugar una computadora con representaciones mentales que nos hacen sentir bien y nos conectan con nuestro propósito de vida.